Superando RETOS para mantenerse en la VIDA

Hace unas semanas recibimos una noticia muy buena, por fin Candy consigue su permiso de trabajo y residencia. Como erróneamente se suele hacer hemos empezado por el final sin olvidar que la historia de esta mujer en España empieza hace 9 años, cuando aún ella era menor de edad. Durante todo este tiempo ha vivido muchas experiencias anteriores a su identificación como víctima, pero también posteriores, donde sus Derechos Humanos además de no serle reconocidos han sido gravemente vulnerados.

A día de hoy Candy se define como una persona que ha aprendido a decidir por sí misma, una persona que aunque a veces ha sentido que las fuerzas le han faltado ha sido capaz de no rendirse y mantenerse presente en todo su proceso. Destaca que lo ha pasado mal, pero muy mal, antes y después de su período de explotación teniendo que pasar por diferentes lugares y circunstancias hasta llegar a SICAR cat.

Según dice, ahora ha mejorado su salud, su aprendizaje, y es capaz de visualizar su propio futuro, algo que hasta hace muy poco quedaba totalmente desdibujado. Nosotras estamos realmente felices con esta noticia, pero no nos engañemos, 9 años dan para mucho, son muchos meses de dolor, muchos días de desconcierto y sufrimiento… demasiados…

En SICAR cat tenemos una actitud crítica que nos ha ayudado a dar pequeños y grandes pasos para cambiar realidades en la vida de estas mujeres. Es por este motivo que hoy queremos celebrar esta noticia pero también queremos invitaros a conectar con esa parte crítica que nos permita incorporar el factor tiempo a la hora de evaluar el éxito o no de cada proceso. Por tendencia tendemos a celebrar el resultado final, y esta euforia nos impide ver que tras cada proceso hay un largo recorrido, muchas veces lleno de injusticias y de verdadero sacrificio, donde también las profesionales que las acompañamos tenemos que recurrir a la creatividad para sostener este tipo de situaciones tan complicadas, donde por momentos el sentido común deja de serlo.

Reflexionemos también sobre los mecanismos de detección: ¿cuánto tiempo y qué circunstancias deben darse para que una mujer sea identificada como víctima?, ¿qué prima más la ley de extranjería o los Derechos Humanos?,¿el sólo hecho de identificarlas como víctimas les otorga derechos? ¿se aplican los mecanismo de protección adecuados?, ¿quién las acompaña en ese proceso?, y el tiempo…la justicia necesita su tiempo, pero ¿se tiene en cuenta que el tiempo para ellas “se detiene” mientras las oportunidades siguen pasando y el sentimiento de incomprensión sigue aumentado?. Durante todo este tiempo las profesionales jugamos un papel clave, conteniendo las situaciones de desconcierto e intentando generar y/o mantener vivos los sentimientos de esperanza en la mujer.

Reflexiono también sobre la sensibilización y la buena voluntad de los y las profesionales que atendemos a mujeres que han sido víctimas de un delito. Me parece terrible que a día de hoy y en una sociedad presumiblemente llamada sociedad de derecho, a una víctima se le continúen siendo vulnerados sus derechos fundamentales, y no sólo por la ley, también por los y las profesionales que tenemos acceso directo a ellas.

A veces los recursos de protección no están en nuestras manos y nos instalamos en la queja, centrándolas en otros, y despojándonos de toda responsabilidad, olvidándonos que disponemos de algo realmente poderoso, nuestra capacidad empática para conectar con el dolor del otro, el sentimiento de solidaridad que crea vínculos consistentes, y la creatividad que nos conecta con la imaginación y nos ayuda a encontrar soluciones donde parece no haberlas. Es entonces cuando nos damos cuenta de que las barreras no son tan sólidas y que podemos derribarlas.

Es por ello que os animo también a seguir poniendo individualmente nuestro granito de arena  para que contribuya a la mejora en la vida de las mujeres víctimas de la trata.

¡¡Felicidades Candy!!

 

Anna Hernández (Educadora Social de SICAR cat)